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  • Título: Drive
  • Director: Nicolas Winding Refn
  • Intérpretes: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Bryan Cranston, Albert Brooks, Ron Perlman, Oscar Isaac
  • País: Estados Unidos
  • Año: 2011
  • Género: Drama / Thriller / Cine negro
  • Duración: 110 min
  • Guión: Hossein Amini (Novela: James Sallis)
  • Música: Cliff Martínez
  • Calificación: 8,5/10

Si uno se fija en el cartel de Drive, normalmente pensará que está ante una nueva película donde una serie de personajes con gafas de sol y ropas horteras se montan en automóviles tuneados para echar carreras ilegales. No en vano, la productora ha recibido alguna que otra denuncia en Estados Unidos por supuesta publicidad engañosa, ya que según los demandantes pretendía dar la imagen de que Drive es un producto similar a pseudo-películas como las de la saga A todo gas.

Afortunadamente, no hay nada más lejos de la realidad. Drive narra la historia de un joven conductor (del que no se nos ofrece su nombre en toda la obra, por lo que le denominaremos Conductor) dedicado oficialmente a reparar coches en el taller de Shannon y a participar esporádicamente como doble en diversas películas. Sin embargo, más allá de estos trabajos, Conductor también participa en robos y atracos, donde desempeña el papel que mejor sabe hacer: conducir a toda pastilla para poner a los delincuentes fuera del radar de la policía. Un día, Conductor conoce a Irene, una joven madre cuyo marido tardará pocos días en salir de prisión. Con él vendrán numerosos problemas que cambiarán por completo la vida del protagonista.

Lo poco novedoso de su argumento seguramente eche para atrás a más de un espectador, pero lo cierto es que la trama de Drive va madurando hasta alcanzar un tinte muy distinto al que dejaban entrever sus primeros minutos. Además, toda la película está rodeada de un tufillo retro que seguramente encandilará a aquellos enamorados de las películas ochenteras. Es realmente apreciable como un director casi desconocido como Winding Refn ha dotado a su obra de alma propia, haciendo que pese a las numerosas influencias que la película recibe, Drive sea casi única en su especie.

Bajo un reparto con nombres apenas conocidos para la mayoría del público, se esconde un relato humano que pocas películas de estos últimos años han conseguido alcanzar. Gosling y Mulligan están más que correctos en sus papeles, pero el plantel de secundarios roza por momentos la perfección. No en vano, Albert Brooks tiene muchas papeletas para conseguir el Globo de Oro e incluso el Oscar en su categoría.

Así pues, es de obligada tarea para todo cinéfilo que se precie como tal el visionar esta sorpresa del año que se nos acaba de terminar. Y podemos adelantar que no será la única vez que la vea, porque Drive posee todos los ingredientes para convertirse en una de esas películas que lleva por etiqueta el vocablo “de culto”, otorgándola un sello de calidad incuestionable y mandándola a formar parte de la historia del séptimo arte.

 

Título: Drive
Director: Nicolas Winding Refn
Guión: Hossein Amini
Reparto: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Bryan Cranston, Albert Brooks, Ron Perlman, Jason Isaacs y Christina Hendricks.
Música: Cliff Martinez
Nacionalidad: EEUU
Año: 2011
Duración: 100 minutos
Género: Drama, acción

Resulta tan irónico como la propia película que hayamos esperado hasta el 28 de Diciembre para despertar de este letargo y sorprenderse de que llega hasta las carteleras una película de culto. Y gracias a ello estas navidades brindaré con la sangre que por doquier impregna este clásico.

Driver, interpretado por Ryan Gosling, es un tipo parco en palabras. Un hombre sin nombre, como aquellos que interpretaba Eastwood para Leone, que cambia el poncho y el puro a punto de consumirse por una chaqueta hortera con un escorpión bordado y un mondadientes. Pero no le molestes, ya que tras su apariencia templada, este tipo daría miedo al mismísimo William Munny. No es un personaje, es un icono. Un antihéroe vengativo, un tipo poderoso que no dudará en mancharse de sangre si te interpones en su camino y en el de la seguridad de la chica que ha conocido. Es pluriempleado, especialista de cine y mecánico por el día y conductor para robos por la noche. Tiene una serie de reglas básicas inquebrantables, una serie de principios y una forma de trabajar. Si estas de acuerdo, puedes contar con sus servicios, si no, puedes irte al infierno.

Así contado, parecería que estamos ante cualquier película de fondo de videoclub, de clásicos del cine de sudor y cerveza para emitir por las autonómicas después del fútbol. Pero nada más lejos de la realidad, estamos ante uno de esos clásicos que antaño firmaban nombres como Scorsese, De Palma, Mann, Kubrick o Cronenberg, solo que ahora el director se llama Nicolas Winding Refn, es danés y queda marcado como un maestro a seguir.

¿Qué diferencia a Drive de los clásicos de sudor y cerveza de la abyecta era Reagan del cine de acción hollywoodiense? ¿Qué la aleja de las peores cintas de productoras como la Carolco o la Cannon? Entre otras cosas, en que recoge todos los clichés del género y los reinventa y reinterpreta desde un enfoque moderno, en que esta no es una cinta de propaganda, sino una película independiente que mira más hacía Europa que a la industria del videoclub. Una cinta compuesta de planos, de silencios, de palabras no dichas, de miradas, de luces, de sencillez, de poesía, de energía, de contundencia, de mala baba no reprimida, de sangre y de brutalidad.

Y ahí quedamos nosotros, ante la dicotomía de pensar en si este tipo es un héroe o simplemente un psicópata reprimido que en su día no tuvo el cariño de su madre. En si este tipo sistemático y milimetrado definido en su personalidad por un escorpión es alguien con quien se puede empatizar o simplemente alguien del que admirar sus locuras.

La película parece dirigida por un pintor, un creador de imágenes hipnóticas, precisas y que en muchas ocasiones parecen viñetas. Con esos planos picados y contrapicados del héroe y de unas calles en Los Ángeles que son un personaje más, como ya ocurría en Heat, de Michael Mann. Otro personaje son ese juego de luces, esos carteles de neon y esos días crepusculares, junto a una excelente banda sonora constituida por música atmosférica construida con sintetizadores y canciones ochenteras. Y sin olvidarnos de esos títulos de crédito, rosas, que parecen de una película que no es. Y tiene sentido, porque el componente de metalenguaje que la película tiene hacía si misma te hace plantearte si en el fondo el director te está contando lo que te está contando.

Ryan Gosling está enorme como icono, sus silencios, sus acciones nos van guiando por toda la película, construyendo un personaje tan intrigante como frío, tan extraño como brutal. Pero el resto del reparto no le va a la zaga. Tenemos de nuevo a esa adorable Carey Mulligan, esa chica dulce que habla con los ojos, que con mirarla sabes que tienes ganas de mimarla, abrazarla… Está el enorme Bryan Cranston, alejado de su registro en esa obra maestra contemporanea que es Breaking Bad, está ese icono erótico llamado Christina Hendricks, Jane en esa otra obra maestra contemporanea que es Mad Men, están Albert Brooks y Ron Perlman.

Drive es una de esas películas que estrenan cada tanto tiempo que te recuerdan por qué amas el cine, que te hacen recuperar la esperanza en que hay gente trabajándoselo para hacer que la proyección traspase la pantalla y lo que te cuenta y como lo cuenta forme parte de tí, que hacen que el propio espectador de la vuelta a la película y la convierta en algo suyo. Y cuando es así, no me queda más que brindar con sangre y decir ¡qué vivan los 80!

tribute to drive from tom haugomat & bruno mangyoku on Vimeo.